Artículo de Juan Miguel Mejía
Con los sentidos los sentidos en todo su furor, así correr cada minuto en un rally: ojos en el camino identificando cada nuevo obstáculo y trayectoria; oídos en los competidores que se aproximan, rio a cruzar o ruidos que se generen en el vehículo; tacto sintiendo cada movimiento cada hueco, cada salto; gusto con cada sorbo agua, suero o energizante que se lleva para la jornada extenuante y no por último el olfato, ese de campeón que te indica cuando acelerar y cuando ser más conservador. Sensaciones que solo se sienten en el campeonato que se está desarrollando en Antioquia de la mano de Darién aventuras a Motor.
En la primera oportunidad que se tiene contacto en este deporte obtendrás una inyección de adrenalina y buena energía, pues se entra en un ambiente de compañerismo, felicidad, aprendizajes y satisfacción.
En los rallys se tienen vivencias como: otro corredor de la misma categoría, de otro nivel o un campesino de la zona se acerca a ayudarte con un desperfecto mecánico, parar la moto porque te has caído o simplemente sacarte de un pantanero, de una manera completamente desinteresada, situaciones que difícilmente se ven en otros deportes.
También momentos de incertidumbre de ir por el camino correcto, pues solamente se cuenta con un hoja de ruta, un cuenta kilómetros además de lo más importante concentración e instinto. En momentos como estos, cuando te encuentras solo a kilómetros del próximo pueblo sabrás de que estás hecho, que herramientas has adquirido en la vida para encarar retos.
A pesar que es una competencia, se debe mantener un balance entre velocidad, ritmo y ubicación. Pues con una perdida se va a la basura 2 horas que has caminado entre 80 y 100kms por hora, esto me lo enseñó mi primera carrera donde otro competidor condujo todo el tiempo a 40 kms por hora llegó primero que yo, en mi proceso de principiante me perdí unas dos horas y me varé al no saber preparar mi moto para tan exigente competencia.
Pero no todo son malas noticias y retos, existen momentos donde puedes ir detrás de grandes pilotos con muchísima experiencia como Juan Esteban Reyes, Nicolas Robledo, Mateo Moreno o Daniel Fernández en esos segundos o minutos se aprende una técnica carreras de primera mano, por ejemplo, mi aprendizaje en mi primer contacto fue: tomate tu tiempo conoce tus límites y como se frenar a altas velocidades en terreno destapado, a los pocos metros de intentar seguir a semejantes pilotos termine en un matorral, siendo mis primeros kilómetros ahí entendí lo importante es terminar.
Con cada kilómetro algo se aprende, se va desapareciendo el nerviosismo y se empieza a disfrutar, se siente una tranquilidad y felicidad indescriptible, llegas a la meta y no te cabe la sonrisa en el casco, desde ese mismo instante tu mente empieza a pensar que necesitas para tu próxima carrera y esperar con ansiedad que este llegue.
Juan Miguel Mejia J.